sábado, 29 de enero de 2022

RESEÑA DE "NUESTRA SEÑORA DE PARÍS" VÍCTOR HUGO

 Esta historia nos trae al París de siglo XV, una época en la que las habladurías, las leyendas y los prejuicios son el sustento de la sociedad parisina. Y precisamente de prejuicios (entre otras cosas) es de lo que nos habla esta novela.

Me gustaría empezar hablando de la narración de la obra. Es bastante evidente que el narrador es una especie de "yo poético" que nos va guiando a través de la historia de los diversos personajes, y esto se nota más que nada en la cantidad de digresiones que se hacen a lo largo de la novela en las que el "yo poético" (y casi me atrevería a decir, el mismo autor) desde el siglo XIX nos comenta en más de una ocasión los cambios arquitectónicos de la ciudad de París y sus maravillosos edificios históricos, entre ellos, Nuestra Señora. No obstante, y aunque al que la historia del arte le importe más bien poco al lector, no se puede ignorar que las descripciones que se hacen a lo largo de la novela son de una gran belleza. De estas descripciones me gustaría destacar la de un capítulo llamado (si no recuerdo mal) "París a vista de pájaro" en la que Víctor Hugo nos hace una detalladísima pero preciosa descripción de todo París desde lo alto de la catedral. Como digo, estos son momentos en que la acción se para por completo y tal vez resulten algo pesados de leer, pero yo no me saltaría ni una línea, ya que esta información puramente ambiental puede llevarnos a entrar mucho más de lleno en la sociedad parisina del siglo XV y sus hábitos, que no carecen de importancia para el libro. 

Como había mencionado antes, precisamente de prejuicios va la obra y es el comportamiento de los personajes lo que nos va a mostrar cómo son estos prejuicios y en qué se basan, así que sin más preámbulo me voy hacia lo que considero que es la parte más sólida y fuerte de la novela: los personajes.

Me gustaría comenzar con Dom Claude Frollo. Este es para mí uno de los mejores personajes de la novela, en cuanto a construcción. Es archidiácono católico que vive en Nuestra Señora. Un hombre que siempre ha buscado el conocimiento, es cultísimo y piadoso, pero, aunque parezca paradógico, cruel.Él adopta a Quasimodo, al que encuentra en la zona de expósitos de la catedral, a pesar de su extrema fealdad y deformidad, le enseña lo que sabe y le mantiene allí a salvo del mundo, pero al mismo tiempo, ejerce violencia contra él, la misma novela nos dice que le maltrata. Esto contrasta también con la actitud que tiene para con su hermano Jehan. Jehan es adoptado por su familia y Frollo lo acoge como a su hermano pequeño, éste es ahora un estudiante, pero es golfo y vago y derrocha el dinero que le da Frollo en tabernas y juergas, sin embargo, Dom Claude, siempre le perdona y le da más dinero, esto junto al hecho de que adopta al deforme Quasimodo, nos da una imagen bastante buena de él, a pesar de su crueldad, como digo, es un personaje increíblemente complejo. Dom Claude, es también un enamorado, a pesar de su condición de sacerdote católico, y ya veremos más adelante en el tema del amor, cómo le afecta y cómo reacciona a él.

El siguiente personaje del que me gustaría hablar es La Esmeralda. Es una jovencita de unos dieciséis años conocida como "La egipcia" que se dedica a cantar y bailar en la plaza. Este personaje también está magistrlamente construido. Es una joven de un grupo marginado de la sociedad por ser gitana (de ahí lo de llamarla La Egipcia), por supuesto, es pobre y vive entre otros personajes marginados por esta condición, pero a pesar de esto, tiene un comportamiento muy diferente al de otros personajes considerados como "nobles" por su condición social, ya que es piadosa y siempre trata de ayudar a los demás, es muy significativa una escena en la que, después de intentar ser secuestrada por Quasimodo (ya veremos más adelante los detalles de este "intento de secuestro") y siendo este torturado públicamente por la justicia, ella le libera y le cura las heridas, siendo ella la "víctima". Solo este pasaje nos muestra hasta qué punto en esta novela la condición social de los personajes es inversamente proporcional a su actitud, una cuestión que es plenamente romántica, veremos que esto se cumple también en los demás personajes.

Quasimodo es "el monstruo". Nace físicamente deforme, y además con el tiempo se vuelve sordo. Esta condición de la sordera es muy importante, ya que es la puntilla que termina de aislarlo del mundo, siendo únicamente capaz de comunicarse con Dom Claude. Si juntamos todas las condiciones ambientales que rodean a Quasimodo: sordera y, por consiguiente incapaz de comunicarse, aislamiento, porque nunca sale de la catedral (salvo en una ocasión que ya veremos), el único humano que conoce, a pesar de educarle, le maltrata... tenemos un cóctel explosivo, y es que, como nos dice el mismo Víctor Hugo, era malo. Pero, cuidado, porque, como luego matiza, era malo porque era salvaje, Quasimodo es lo más parecido al tropo del niño criado por lobos que de repente es introducido en la civilización, es lo mismo. Quasimodo es malo, porque nunca ha sido educado en sociedad, no conoce las leyes y sus discapacidades físicas (sobre todo la sordera) le aíslan aún más de las normas y el comportamiento social, pero, y hay un "pero" muy grande, sus acciones y su actitud, van a contradecir esa afirmación, ya que, sobre todo por el amor (porque él también se enamora), va a ir humanizándose, y el contacto y la relación que acaba teniendo con la persona amada es lo que le va a ir haciendo menos monstruo y más humano (este es un tropo bastante utilizado en el romanticismo y en muchos cuentos populares del XVIII y XIX), de modo que, de nuevo, tenemos un personaje muy complejo.

El capitán Febo. De nuevo, este personaje está muy bien construido, pero no es un gran personaje y está hecho así a propósito. Cuando digo que no es un gran personaje, es que a pesar de su condición social y de lo que representa, no es para nada el tipo de noble que nos esperamos. Como he mencionado antes, el valor personal, es decir, los valores de los personajes, son inversamente proporcionales a su condición social, y el caso de Febo, no es excepcional. Éste es también un joven algo mayor que la Esmeralda, por lo que se puede entrever, pero su relación para con ella no deja de ser superficial, y no precisamente lo que podemos hablar un "amor verdadero", en seguida vemos esto.

Y todos estos personajes quedan de algún modo entrelazados a través de dos elementos: el amor y Pierre Gringoire, un personaje, vamos a decir "neutro" ya que hace más bien de enlace y de él no se sabe mucho más allá de que es escritor, en principio, de autos sacramentales y que tampoco vive muy desahogado económcamente.

Finalmente, ahora sí, el amor.  Cada uno de los protagonistas tiene una experiencia distinta del amor que delata su verdadero ser al margen de las apariencias.

Para Frollo, el amor es algo prohibido (ya hemos su condición de sacerdote) y de hecho, por lo que de él se sabe algo absolutamente nuevo y desconocido. Esto hace que se convierta en un amor obsesivo y absolutamente insano, más cuando la persona a la que ama no le corresponde, lo que le produce una gran ira. No se toma bien este rechazo, y, aunque sufre y vive un gran desgarro interno en tre sus obligaciones de sacerdote y su amor, es incapaz de manejar esta situación llevándole incluso a destruir el objeto de su amor, pues crea una acusación de brujería que acabaría con La Esmeralda, ya que, si no va a ser suya, no va a ser de nadie, de ahí que finalmente este personaje sea condenado y obtenga un final cruel, que cualquiera juzgaría que merece (ahora veremos el tema de los finales).

La Esmeralda está perdidamente enamorada del capitán Febo. Para ella el amor, como para cualquier adolescente, es hiperbólico, le adora. Su escasa relación es ciertamente muy apasionada y es un amor tan lleno de inocencia, tan lleno de ternura y tan terriblemente apasionado, que solo puede ser terriblemente trágico. El capitán es objeto de su pensamiento día y noche, y es incapaz de reconocer sus verdaderas intenciones.

En cuanto a Febo, no podemos hablar de amor, de hecho en una escena bien señalada se nos revelerará de forma absolutamente clara lo que La Esmeralda significaba para él. Nada. Como noble él sabe que su destino no va a ser casarse con la egipcia que canta y baila en la plaza, y tampoco parece desearlo, su auténtica pasividad hacia ella se revela en dos ocasiones: una hacia Quasimodo, quien en una ocasión trata de hacer que la visite en la catedral y él ni siquiera es capaz de acordarse de ella, y otra un poco antes, cuando está a punto de ser ahorcada y es incapaz siquiera de inmutarse ante la escena. Todas estas acciones solo nos muestran el carácter de divertimento, de aventura que para él tenía este amorío.

Finalmente, para Quasimodo, el amor es el elemento humanizador, es lo que termina de dejar de hacerle "monstruo" ya que es el único que es capaz de sentir un verdadero amor por la pobre egipcia. Sin ningún tipo de esperanza la salva de la horca y la oculta en la catedral, a pesar de sus sentimientos, es capaz de salir a buscar a su "rival" para rogarle que vaya a ver a su amada, este es el momento en que nos damos cuenta de que a el capitán, poco le importaba realmente la pobre Esmeralda, y el pobre se Quasimodo debe desilusionarla porque no es capaz de conseguir siquiera eso por ella. Cuando la "secuestra" debemos de entender que es un momento muy temprano de la obra y todavía el amor no ha hecho suficiente mella en esa humanización. Ese intento de secuestro no es ni más ni menos que un vivo reflejo de que no está habituado a vivir en sociedad, de modo que podemos deducir que el aíslamiento por su apariencia es lo que le hace más monstruo que la apariencia en sí, y por eso dice Hugo que es "malo", pero son precisamente estas acciones las que terminan de desmentir esta afirmación, del mismo modo que son las actuaciones de los demás lo que, por encima de los prejuicios, revelan su verdadero ser. 

Como vemos, prácticamente los personajes son los que mueven la obra, es su actuación la que crea la historia y es comprendiéndolos a ellos como llegamos  a los hechos. No quiero cerrar esto sin mencionar a otros dos personajes que tiene gran relevancia: la Sachette y el rey de Francia. De la Sachette solo diré que, aunque parece una digresión en la novela, es una historia muy importante y que cobrará todo su sentido hacia el final, así que no os la saltéis por pensar que se trata de una digresión, porque termina cobrando todo el sentido (decir más sería estropear la diversión). Respecto al Rey de Francia decir que no tiene una relevancia especial, más que al final de la obra, pero debéis fijaros bien en que es un personaje obviamente caricaturizado hasta el ridículo, de nuevo, los persoanjes, cuanto más poderosos en la escala social, menos nobles en la moral, así que si estamos hablando de el Rey de Francia, imaginad el grado en el que se le deja dentro de la novela (¡ATENCIÓN! PASAJE NO APTO PARA MONÁRQUICOS) .

Como conclusiones finales, decir que es una obra que me gustó muchísimo y me marcó muchísimo más. A pesar de que tal vez algunos tropos se encuentren muy manidos, no deja de ser ampliamente disfrutable, y no deja de ser siempre mucho más de lo que se dice. Los episodios con grandes descripciones artísticas no aportan mucho realmente a la trama, pero es importante leerlos aunque sea por encima, porque nos dan una idea muy clara del movimiento artístico en el que estamos, y nos ayuda a entender y situar todo el libro, además de que, por muy largas que a veces sean, no dejan de ser preciosas y muy logradas, de verdad si queréis viajar a París no hay mejor forma porque lo vais a ver todo.

Termino, como siempre dando las gracias y recordando que cualquier aportación y comentario es bienvenido tanto en el blog, como en la foto de instagram. ¡Buenas noches!

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