sábado, 29 de enero de 2022

RESEÑA DE "ENTREVISTA CON EL VAMPIRO" DE ANN RICE

 RESEÑA DE ENTREVISTA CON EL VAMPIRO. ANN RICE


Louis de Pointe du Lac es un vampiro que, después de siglos, decide contar su vida a un periodista de San Francisco, y cómo cambió su vida después de que el vampiro Lestat, le convirtiera en uno.

La novela está contada en primera persona, ya que, como reza el título, se trata de una entrevista que un periodista realiza a nuestro protagonista, Louis. A pesar de tratarse de una entrevista, apenas se perciben los comentarios o preguntas del periodista, sino que la narración tiene gran fluidez en ese sentido. Sin embargo, Ann no olvida que todo lo que se nos cuenta es siempre a través de este marco narrativo, y nunca olvida en los momentos clave traernos al presente de la entrevista. Por supuesto este periodista haría las veces de lector, pues todas sus preguntas van siempre enfocadas a resolver esas dudas que al mismo lector se le pasarían por la cabeza si tuviera una oportunidad como la suya. Esta entrevista, entre otras cosas, va enfocada a desmentir o confirmar todos los mitos que rodean a la figura del vampiro, quien poco a poco, conforme nos cuenta sus experiencias, nos hace ver que los vampiros, al final, no son tan distintos del resto de humanos.

Louis, después de ser convertido por Lestat, pasa una parte importante de la historia con él, quien se ofrece como una especie de maestro y amigo: le enseña cómo beber la sangre, cómo y cuándo cazar, le enseña, a fin de cuentas a ser un vampiro. Y aquí se nos muestra lo que yo considero como uno de los grandes temas de la obra, la reflexión sobre qué es la humanidad, qué tiene de instintivo o animal, ¿el hecho de ser un vampiro te hace más animal o instintivo? En el momento en que avanzamos por el libro nos damos cuenta de que Louis no es como Lestat ni el resto de vampiros con los que vive, Louis rechaza desde el principio su naturaleza de vampiro y se esfuerza al máximo por no perder la humanidad, mientras Lestat (y otros vampiros) se han abandonado por completo asumen su parte animal y casi que incluso les domina, haciéndoles aparecer prácticamente como asesinos. 

Esto nos lleva a otro tema o punto importante, el sufrimiento por el desgarro interior. Luchar contra un instinto tan fuerte como el de la necesidad de sangre para sobrevivir produce un gran desgarro en el interior de Louis. En más de una ocasión está al borde de la muerte porque se niega a la sangre humana, mientras Lestat, en su sentido práctico y naturalizado de su condición le anima continuamente a cazar víctimas humanas, pues para él y otros vampiros no es diferente eso de lo que hacen los humanos comiendo ternera. Claudia, otro de los grandes personajes (y de gran interés, por cierto) sufre su propio desgarro interior. Claudia es una niña de unos cinco años que queda huérfana en una de las cacerías de Lestat y el hecho de que sea Louis quien la convierte en vampira tendrá relevancia cuando siglos después, Claudia crezca, o mejor dicho, evolucione, mental y emocionalmente sin que su cuerpo cambie. A priori, no debería ser un problema, del mismo modo que no es un trauma especial para Louis, pero en el caso de Claudia es distinto, ¿os imagináis pasar por la pubertad, la adolescencia, la juventud de los veinte (con todo lo que eso conlleva en cambios hormonales, de pensamiento, de emociones) pero siempre con el cuerpo que teníais a los cinco o seis años? Esta va a ser la gran tragedia de Claudia, su gran lucha va a consisitir en verse cambiar, siendo para siempre una niña. En cuanto a su relación como vampira con el resto de humanos, va a ser algo complejo, pues ella tendrá dos modelos: el de Lestat, quien le enseñará que es una asesina y debe matar si quiere vivir, le va a enseñar a beber la sangre de los humanos sin ningún tipo de discriminación o piedad, y el de Louis, quien, por otro lado tratará de mantener parte de su humanidad.

Por último, Lestat es la naturaleza pura, el instinto desatado, como he mencionado al principio, es pura naturaleza animal, lo que no deja de estar relacionado con su sentido estrictamente práctico y material de el hecho de ser vampiro. Según esta filosofía, el asesinato, el beber sangre humana forma parte de su naturaleza, es algo contra lo que no se puede (e incluso no se debe) luchar, para él, debe aceptarse su naturaleza, aceptarse su parte animal, y esto, en mi opinión, ya que nos ponemos filosóficos, la propuesta de Lestat no es descabellada, ni mucho menos encarna EL mal con mayúsculas, del qe ahora hablaré, simplemente consiste en aceptar que también somos animales. Sin embaro, esta filosofía tiene un fallo y es, los humanos (y tampoco los vampiros) no son puramente animales, tienen un algo más, ese algo más que Louis conserva en su negación de la naturaleza.

Así las cosas, no puedo culpar a aquellos lectores que, decidiendo embarcarse en esta novela, vieran con sus propios ojos la actitud de Lestat les parezca horrible y repugnante, pero yo aconsejaría no caer en esta visión tan simplista, pues no olvidemos que Lestat no dice en ningún momento nada que no sea verdad. Sea como fuere, las cuestiones morales, aunque son realmente interesantes en esta novela, no son las únicas que nos traen, por eso paso ahora al siguiente tema o punto de esta obra.

Otro de los temas, que en mi opinión se relaciona con el anterior es el sufrimiento. Ya he hablado antes del desgarro interior que sufre Claudia tanto a nivel de su propio cuerpo como psicológico y emocional. En este aspecto, siguiendo con Claudia, ser un vampiro termina por suponer una trágica condena, ya que sus ideas, emociones, entendimiento, etc. cambiarán, pero su cuerpo no lo hará con ella, esto supone un desgarro interior, porque a pesar de irse haciendo adulta con los años (y siglos) jamás va a vivir los cambios físicos que deben acompañar a los psicológicos, además de que a pesar de sus cambios psicológicos, jamás dejará de verse y ser vista por otros como una niña pequeña, y esto también nos ocurre a nosotros como lectores, si un día tenéis la gracia de leer este libro, fijados bien en cómo la percepción de Claudia para vosotros siempre será la de una niña, a pesar del  tiempo que pasa, y esto, claro le provoca mucho dolor y sufrimiento, ese gran desgarro absolutamente trágico.

Otro gran tema es la fraternidad y el amor. La fraternidad está vista de diferentes maneras, y aunque no se habla de forma explícita de ella, no podemos negar que al final, los vampiros viven todos en una especie de comuna fraternal, a pesar de cierta relación de poder, ya que hay un "jefe" vampiro, que en este caso es Armand, que sin embargo tampoco parece significativa. Esta fraternidad colectiva no deja de ser una especie de contrato oral, una especie de trato según el cual los vampiros, como especie aparte se deben proteger entre ellos, de hecho, es prácticamente pecado mortal para ellos matarse entre sí, pero no trasciende más allá de eso porque en general son bastante egoístas por ese gran instinto que tienen. Sin embargo, hay otro modo de fraternidad, incluso casi de relación paternal que es la que consiguen entablar Claudia y Louis. Su relación yo sí la diría verdaderamente fraternal, pues no se basa en ningún tipo de contrato, sino en el verdadero aprecio que se tienen, lo cual es signo de que, como venimos diciendo Louis nunca deja de ser en cierto modo humano y Claudia también estará siempre en ese delicadísimo equilibrio.

De nuevo, esto nos lleva a otro gran tema, la pérdida. No quiero desvelar grandes claves del libro ya que es importante descubrir estas cosas en la lectura, pero advierto que, la pérdida es un tema especialmente importante y que hace que no deje de ser, en cierto modo, una novela trágica, ya que aquí es uno de los momentos en que más patente se hace el tema del sufrimiento, sobre todo en el personaje de Louis, y que claramente se relaciona estrechamente con la inmortalidad y la eternidad.

Finalmente, después de todas estas consideraciones y estos temas, no puedo dejar de decir (y creo que se nota) que esta novela ha sido un descubrimiento para mí y no puedo dejar de recomendarla. Se lee bastante rápido a pesar se sus casi quinientas páginas porque se disfruta cada palabra, no solo la gran historia que hay detrás, sino la forma en que está escrita es realmente cuidada y poética, consiguiendo que cada sentimiento, cada escena te cale hasta el tuétano. Yo la leí allá por octubre y aún no consigo superarla, lo único que lamento es no haberla leído antes. Espero, así mismo que esta reseña os anime a leerla y disfrutarla tanto como lo he hecho yo, a pesar de que no es precisamente una novela desconocida y probablemente muchos de los que esto leáis ya la habréis disfrutado, en tal caso siempre son bienvenidas aportaciones, comentarios y todo tipo de ideas que ayuden a ver más claves. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario