En esta página pretendo reseñar una obra ensayística y no una literaria, como vengo haciendo hasta ahora. Ni siquiera se trata de un ensayo sobre literatura, sino sobre historia. Sin embargo, es un libro cuya lectura me parece tan importante para cualquiera que se dedique al mundo de las humanidades (y para cualquier humano del mundo, en realidad) que no puedo dejar pasar la oportunidad de darla mínimamente a conocer pero, al tratarse de un ensayo y no una obra literaria, la estructura va a ser diferente y sí, va a haber spoilers.
Esta reseña la dividiré, a grandes rasgos en dos grandes bloques: una exposición resumida del contenido basado en pequeñas ideas relevantes para que todo el que desee aventurarse en este libro sepa qué clase de información se va a encontrar, y un segundo bloque donde comentaré brevemente el estilo del libro y el público para el que entiendo que está dirigido.
Bloque 1: El contenido.
A grandes rasgos, la historia no es la que es. Es la que te cuentan, nos plantea cómo se construye la Historia para su estudio y entendimiento, cómo se ha asimilado desde las escuelas ese estudio y las consecuencias que ha tenido a nivel social, de investigación y de educación.
Lo primero que nos encontramos es con el problema de la objetividad dentro del estudio de la Historia. Y es que, si la Historia es una ciencia, ¿no debería ser objetiva y revelarnos verdades absolutas? Y este es el primer malentendido que nos resuelve el ensayo: la Historia, al ser una ciencia humana, es decir, una ciencia que se basa en estudiar el comportamiento humano a lo largo del tiempo, no tiene un modo de ser objetiva, es subjetiva "por defecto", dice Mikel Herrán. Los seres humanos siempre vamos a ser subjetivos en nuestras acciones, tanto los investigadores como los hechos del pasado y, como explica Herrán, no es este el debate, pues ya se sabe que no podemos escapar a esa subjetividad, pero sí podemos ser rigurosos a la hora de investigar la Historia y los hechos históricos, y es la forma de obtener esta rigurosidad lo que nos explica el ensayo.
La segunda idea que nos plantea el ensayo (y que de una u otra forma se irá retomando) es el problema de que la Historia tiende a limitarse al estudio de los grandes nombres del pasado y generalizar un periodo histórico solo en base a lo que una o dos personas con nombre y apellido hicieron en todo un siglo de historia. Sin embargo, como dice Mikel, el estudio de los individuos no puede dar sentido a la Historia porque estos individuos con nombre estaban rodeados de un contexto completo de otras tantas personas que no lo tienen, y de un montón de procesos que, si se estudian de forma aislada, no tienen ningún sentido. La Historia no la hace un solo individuo, entonces, sino toda una serie de circunstancias que determinan que el "personaje importante": el rey, el explorador, el humanista X, tome la decisión de hacer una u otra cosa. De este modo, es también el llamado "pueblo llano" el que con sus propios comportamientos determina las decisiones que se van a tomar desde el poder.
La tercera idea, relacionada de algún modo con la anterior, nos alerta sobre la obsesión con las fechas de los acontecimientos (1492, 1789, 1917, etc.) En la escuela siempre se nos obliga a aprender las fechas de los acontecimientos, y, ciertamente, es importante no confundirte y pensar que la revolución francesa ocurría al mismo tiempo que la guerra de los cien años, pero Mikel advierte de que obsesionarse con las fechas concretas, con la secuencia numérica específica, suele tener el efecto de que se tienda a aislar ciertos hechos históricos en un momento fijo eliminando todo su contexto.
La cuarta idea está relacionada con la "búsqueda de la gloria en el pasado". Aquí Mikel nos hace un recorrido histórico y filosófico sobre cómo ha cambiado la percepción del pasado en el tiempo, cómo hasta el positivismo, se tendía a glorificar el pasado (la edad de oro perdida, "cualquier tiempo pasado fue mejor", etc.) y las consecuencias que eso tiene en la forma en la que nos aproximamos e investigamos ese pasado. En relación a esta idea destaca la de cómo se define el progreso y su relación en occidente con la tecnología lo que, en consecuencia, termina originando el colonialismo y alerta sobre el problema de ver siempre el avance tecnológico como algo positivo sin estudiar los efectos colaterales (a veces negativos) que puede producir.
La quinta idea reflexiona sobre la relación entre el nacionalismo y "nuestra historia" y cómo tendemos a buscar en acontecimientos del pasado algo que nos haga destacar como nación con los valores del presente.
La sexta idea se centra en la enseñanza de la Historia. Mikel entiende que es importante que no se eliminen las narrativas simplistas a la hora de enseñar historia, sino hacer entender por qué las narrativas simplistas surgen y en qué contextos. Al hilo de esto, Mikel señala el problema que tiene el mundo de la investigación cuando se enfoca en estudiar el pasado de modo que explique el presente (y esto es algo que también me ha pasado a mí cuando he estudiado Historia) y no como lo que esas civilizaciones del pasado eran en sí mismas.
La séptima idea deriva de la anterior, y es la problemática del uso del término "NUESTRA historia" para referirse a la historia nacional ya que este término implica que hay una historia de otros que pueden no ser los mismos aunque compartan el mismo territorio, relaciones de diferente tipo, etc.
La última idea que presenta es la exposición de lo que Mikel llama "otras historias". Estas "otras historias" no dejan de ser enfoques específicos que pueden usarse para el estudio de la Historia con mayúsculas y que, en general, terminan por darnos más información sobre el pasado que el estudio generalizado de una sucesión de hechos pasados. Estas otras historias son en realidad ramas de estudio como la historia social, de género, de la cotidianidad, los objetos, historia decolonial y poscolonial, etc. que lo que permiten es abrir nuevos enfoques y perspectivas para investigar esos otros elementos que rodean a una anécdota histórica, pero que no son la anécdota en sí y que, por desgracia, suelen estar más invisibilizados en el estudio de ese hecho o anécdota histórica.
Bloque 2: el estilo o la forma
Ahora que sabéis lo que vais a encontrar en este libro (a grandes rasgos) voy a comentar aquello que a mí me toca más de cerca y en lo que puedo hacer un análisis mejor: el estilo.
El estilo general del libro es divulgativo. Aunque es un ensayo, Mikel pretende que este libro llegue a todo el mundo, por lo que su estilo es llano y accesible. Si, como lector, te preocupa ver demasiados términos técnicos y "palabros" que puedan dificultar la lectura, puedo asegurar que este libro tiene una expresión tan llana que podría ser hasta oral. Si alguno de los que aquí me lee ha visto los vídeos que Mikel sube en youtube, sentirá una gran familiaridad entre lo que oye y lo que lee, y esto es una gran virtud que no todos los divulgadores tienen. Sin embargo, hay una posible dificultad que, en mi opinión radica en lo que podríamos llamar "distancia generacional" y es esta dificultad que, si bien el estilo es llano y accesible, el libro también está lleno de "memes", una serie de frases y citas de personajes "famosos" basadas en la cultura de la televisión e internet sacadas de contexto para ilustrar de un modo más ameno y cómico su exposición. Las personas de mi edad y la suya (en general, nuestra generación) van a ver estas frases sacadas de contexto como un elemento que ameniza la lectura e ilustra de forma llana y comprensible su exposición, pero puede que personas más mayores, de la edad de mi padre, por ejemplo, sientan que el lenguaje usado es demasiado llano, demasiado oral, y que esas frases sacadas de contexto no pintan nada en un ensayo de Historia y sacan demasiado de la lectura si tratan de intentar comprender cada vez que Mikel pone la "frasecita" de dónde viene y qué sentido tiene en lo que está exponiendo. De modo que, si tuviera que reprochar algo al libro, sería la accesibilidad del lenguaje enfocado en un público quizás muy específico.
Conclusiones: ¿lo recomiendo? Si te interesa la historia mínimamente y quieres saber más sobre cómo se crea y en qué contextos sin tener que pasar por una carrera de cuatro años, sí, es un buen comienzo para interesarte por la historia. Pero si, por el contrario, la historia y la arqueología como disciplinas no te atraen nada no lo recomiendo por muy llano y divulgativo que sea ya que, Mikel no solo ilustra con memes y frases sacadas de contexto más o menos cómicas su exposición, sino también con largos ejemplos de anécdotas sobre investigaciones, yacimientos y hechos que si el tema de la historia no es de tu interés y solo has pensado en este libro por los memes, puede resultar algo lento o pesado de leer.
A mí me ha gustado porque la historia me interesa y siento curiosidad por ese ámbito aunque no sea historiadora. Si quien esto lee no tiene interés alguno por la disciplina histórica y arqueológica probablemente no encuentre el mismo placer que yo en leerlo por muy divulgativo que sea y esté escrito para todo el mundo, por lo que, en resumen, recomiendo el libro a todo aquel que sienta curiosidad por la historia y la arqueología aunque sea a un nivel básico.
Como siempre, os deseo un buen fin de semana de lecturas.
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